México es uno de esos países en donde a pesar de ser una carrera a nivel universitario, no se pueden realizar cirugías o prescribir medicamentos, limitando esto al gremio podológico del país y no ser reconocidos como profesionales de la salud, relegándolos al término de pedicuristas, que solo se consultan por la estética de las uñas, cuando en realidad los conocimientos adquiridos en las aulas universitarias los podría capacitar para atender, diagnosticar, dar tratamiento y en su caso referir al paciente a un profesional por cualquier patología en los pies, viendo un sin fin de enfermedades o deformidades de los mismos como: pie plano, cavo, dedos en garra, callosidades por roce o presión, uñas encarnadas, hallux valgus, verrugas, pie diabético, etc. En México existe la confusión entre el podólogo y el podiatra, por las interpretaciones de las raíces latinas y las federaciones y asociaciones, el podiatra es un médico que estudia 6 años de licenciatura dentro de los cuales tiene el cumplimiento de 1 año de internado rotatorio de pregrado donde realiza guardias tipo A-B-C y uno de servicio social en instancias de salud de alta concentración estando en labores las 24 horas y posteriormente realiza la especialidad en podiatría haciendo una residencia clínico quirúrgica, es el único que Tiene las competencias y facultades para realizar cirugías y recetar o prescribir medicamentos a diferencia del podólogo mexicano que el máximo grado de estudio es Licenciatura de 4 años y 6 meses de servicio social, y en otras ocasiones solo tiene las competencias por el método CONOCER-SEP ramo EC0333 donde los conocimientos se regularizan por un examen de competencias laborales en servicios podológicos preventivos.
En cualquier estado de México puedes encontrar podólogos o podólogas de calidad, a pesar de ser una profesión aún no reconocida son muy importantes para salud de nuestros pies. Aunque en el país no puedan realizar cirugías, su accionar es fundamental para la salud de los pies.