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¿Qué es la onicomicosis?

La onicomicosis es la infección micótica de la lámina ungueal o el lecho ungueal. Las uñas presentan deformación y decoloración amarillenta o blanquecina. El diagnóstico se basa en el aspecto de las uñas, el examen microscópico en fresco, el cultivo, PCR (polymerase chain reaction) o una combinación de ellos. El tratamiento, cuando está indicado, se realiza con terbinafina o itraconazol por vía oral.

La onicomicosis, también llamada hongos en las uñas o tiña de las uñas, es una infección de las uñas por hongos. No es una enfermedad molesta, pero, si no se trata a tiempo, se puede volver crónica.

¿Qué síntomas presenta la onicomicosis?

Las uñas presentan parches asintomáticos de color blanco o amarillento y están deformadas. Existe 3 patrones característicos más frecuentes:

Subungueal distal: la uña está engrosada y de color amarillento, con queratina y detritos acumulados en la región distal y por debajo de la uña, que está separada del lecho ungueal (onicólisis).

Subungueal proximal: una forma que comienza en la región proximal y es marcadora de inmunosupresión.

Superficial blanca: se observa una descamación de color blanco con textura de tiza que se disemina por toda la superficie de la uña.

¿Se puede prevenir la onicomicosis?

Dentro de las medidas colectivas para prevenir la onicomicosis, se recomienda evitar el estancamiento del agua en duchas comunitarias, por ejemplo, inclinado las baldosas del suelo, evitando las láminas de madera en el suelo o lavando y desinfectando el suelo de forma regular.

En cuando a las medidas individuales, se aconseja tener una buena higiene de los pies y secarlos adecuadamente después de la ducha. También se recomienda utilizar antimicóticos en polvo o terbinafina en crema.

¿En qué consiste el tratamiento de la onicomicosis?

El tratamiento de la onicomicosis consiste en forma típica en terbinafina o itraconazol por vía oral. La terbinafina en dosis de 250 mg 1 vez al día durante 12 semanas (6 semanas para las uñas de las manos) o terapia en pulsos con 250 mg una vez al día durante 1 semana al mes hasta que la uña esté libre de trastornos y logre una tasa de curación del 75 al 80%, y el itraconazol, en dosis de 200 mg 2 veces al día durante 1 semana al mes por 3 meses logra una tasa de curación del 40 al 50%, aunque se estima una tasa de recurrencia de entre el 10 y el 50%. No es del todo necesario mantener el tratamiento hasta que hayan desaparecido todas las alteraciones de las uñas, ya que estos fármacos se mantienen unidos a la lámina ungueal y continúan siendo eficaces aun después de concluir su administración; sin embargo, el riesgo de recidiva puede ser mayor en estos casos. La uña afectada no tendrá un aspecto normal, la que comienza a crecer sí será sana. El fluconazol también puede ser una opción.

Los nuevos agentes tópicos efinaconazol y tavaborol pueden penetrar en la lámina ungueal y son más eficaces que los agentes tópicos más antiguos.

Los tratamientos experimentales incluyen nuevos sistemas de administración de terbinafina. Los antimicóticos tópicos en forma de esmalte de uñas que contienen efinaconazole 10%, ciclopirox al 8% o amorolfina al 5% (no disponible en los Estados Unidos); en ocasiones pueden ser eficaces como tratamiento primario (curación de un 30%), y pueden mejorar las tasas de curación cuando se emplean como adyuvantes de los fármacos orales, sobre todo en infecciones resistentes.

Para evitar las recidivas, el paciente debe recortarse las uñas, secarse bien los pies después del baño, usar calcetines absorbentes y polvos antimicóticos. Los zapatos viejos pueden contener una alta densidad de esporas y, de ser posible, no deben utilizarse.

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