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El masaje japones: Una técnica terapéutica milenaria

El masaje japonés es un remedio terapéutico milenario y una una práctica centrada en promover la salud y el bienestar personal, activando el flujo de las energías y la sangre, a través de pequeños masajes muy sencillos de aplicar, con escasas contraindicaciones y muy centrados en la prevención y el bienestar integral de la persona.

Existen dos técnicas de masaje japonés: el Shiatsu y el Kobido. Dos técnicas que, a pesar de contar con distintos métodos de aplicación, mantienen y se nutren de la misma filosofía.

El masaje japonés defiende uno de los grandes fundamentos de la medicina oriental; la necesidad de prevenir y buscar el origen del malestar y el dolor. A su vez tratarlo cuando se haya presentado. De ahí que sean técnicas que se recomienden también en personas sanas, de cara a evitar futuras molestias.

Además, para los japoneses, cuerpo, mente y espíritu están conectados por lo que deben tratarse siempre en conjunto. Entienden la salud como un todo, que hay que tratar desde un enfoque integral y holístico para lograr el éxito.

Por eso, muchas veces las diferentes técnicas de masaje japonés no se centran únicamente en las zonas de dolor, sino que trabajan también otras zonas reflejo y actúan en los estados emocionales que pueden estar causando dicho malestar.

Para comprender mejor esta filosofía detrás de los masajes japoneses es importante y necesario entender el cuerpo humano como un sistema de canales interconectados por los que fluye la energía conectando los órganos internos, entre sí, y con la mente.

En una persona sana, la energía fluye libre por los distintos canales, garantizando el correcto funcionamiento de los órganos y las distintas partes del cuerpo. Sin embargo, cuando alguno de estos canales se daña o se bloquea, se originan el malestar y la enfermedad, es entonces cuando debemos acudir al masaje terapéutico como única vía eficaz para eliminar esos bloqueos y restablecer el flujo natural de la energía.

Tanto el masaje Shiatsu, como el Kobido, se centran en el estímulo de ciertos puntos clave relacionados con un determinado ámbito de acción, a través de pequeñas presiones, dibujando pequeños círculos, o masajeando a distintas intensidades con el objetivo de reactivar la circulación sanguínea y el flujo de la energía.

El masaje Shiatsu

El masaje Shiatsu, significa “presión con el dedo” es una técnica que se lleva a cabo mediante la presión con los dedos de los puntos de acupresión, (los mismos que se utilizan en acupuntura) para tratar problemas como la falta de energía, el dolor de espalda, el dolor de cabeza, el dolor menstrual, la artrosis, o el estrés crónico.

Algunas variantes de esta técnica combinan las presiones con los dedos, con otras realizadas con las palmas de las manos, los pies, los codos o incluso las rodillas, en un esfuerzo por lograr que la energía vital del paciente vuelva a fluir sin obstáculos, devolviéndole el bienestar y la salud, ayudándole a prevenir enfermedades más graves en el futuro. Además, a diferencia de otras técnicas orientales, el Shiatsu trata el cuerpo de una forma integral, fomentando el equilibrio y la armonía entre cuerpo y mente, trabajando a un nivel más profundo para reflejar sus beneficios también en el estado emocional y mental del paciente.

El masaje Kobido

También conocida como Masaje Facial Japonés, esta delicada técnica de masaje que se trabaja con las manos, presume de lograr un asombroso efecto rejuvenecedor, del que antiguamente sólo disfrutaban algunos miembros de la realeza.

El masaje Kobido se diferencia del masaje Shiatsu en que además de tener fines terapéuticos y de bienestar, también, tiene una finalidad estética. Además, la zona de influencia de esta técnica se reduce principalmente a la cara, el cuello, la nuca, los hombros y la parte superior del pecho.

Esta técnica trabaja con precisión y delicadeza la musculatura facial, con el fin de mejorar la oxigenación y nutrición de las células de la piel, frenando así el proceso de envejecimiento; Activando, iluminando y tonificando la piel al mismo tiempo. Destruye las células muertas y promueve la producción de colágeno y elastina. Además de eso, este tipo de masaje, al estimular el sistema nervioso y mejorar la circulación de la sangre en el rostro, también es muy eficaz a la hora de eliminar el estrés acumulado en los músculos del rostro, eliminar la rigidez facial y aliviar algunas dolencias como la migraña o el bruxismo.

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