Peligros físicos: Objetos extraños en los alimentos, como trozos de vidrio, trozos de hueso o semillas.
Peligros químicos: Por ejemplo, plaguicidas, combustibles, lubricantes y otros productos químicos que se usan durante el cultivo de los alimentos. También pueden ser sustancias químicas que se encuentran en los mesones o en los utensilios que se emplean al manipular los alimentos para prepararlos.
Peligros biológicos: Bacterias, virus, hongos y parásitos. Estos microorganismos se encuentran en todas partes: en el aire, tierra y agua, en los utensilios contaminados, en los alimentos contaminados, en los restos de comida, en la piel de humanos y animales, en las manos y uñas sucias, en la saliva, en el excremento.