Historia del masaje balsámico
El origen del masaje balsámico se lo debemos a los indios Lakota, particularmente al doctor Gary Young, quien en conjunto con la tribu crearon esta técnica en 1970.
La técnica se centra en el contacto manual, el cual debe ser lento, suave y fluido, sin embargo, e importante hacer uso de diferentes aceites esenciales para aumentar sus beneficios.
¿Qué es el masaje balsámico?
El masaje balsámico también es conocido como el masaje o técnicas de gotas de lluvia, este tratamiento terapéutico pertenece a la medicina alternativa y es un método no invasivo para el organismo.
¿Para qué sirve?
Esta técnica, es decir, el masaje balsámico se utiliza principalmente para corregir ciertos defectos de la columna vertebral, por lo cual tiene que ser realizado por un experto en la materia.
¿Qué aceites se usan para el masaje balsámico?
Para poder realizar esta técnica se recurre al uso de aceites esenciales, esto para poder realizar los movimientos con mayor fluidez, sin embargo, existen 8 aceites que son mayormente usados dependiendo del beneficio que buscamos obtener.
- Amaro.
- Árbol de té.
- Bergamota.
- Eucalipto.
- Lavanda.
- Palo santo.
- Romero.
- Té de limón.
¿Cómo se aplica el masaje balsámico?
El nombre de gotas de lluvia hace referencia a como es colocado el aceite sobre el paciente, pues se coloca a una altura de veinte centímetros sobre la espalda esperando a que caigan las gotas sobre la piel.
Y posteriormente se comienza a efectuar la manipulación de manera suave y fluida sobre las vértebras de la columna.
Para finalizar el masaje balsámico, se coloca una toalla caliente sobre la espalda para causar una mayor penetración del producto, otorgando relajación y efectos terapéuticos para el organismo.
Beneficios
Entre los beneficios que destacan de esta técnica terapéutica son:
- Efectos relajantes.
- Alivia tensiones musculares.
- Reduce dolores musculares.
- Relaja el sistema nervioso.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Desintoxica.
- Corrige problemas vertebrales.